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Mostrando entradas de octubre, 2018

El size de las mentiras

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De mis 21 años de vida, al menos 15 de ellos deben haber transcurrido en una guagua. La satisfacción de obtener el asiento que da a la ventana no me es indiferente, llegar   temprano para conseguirlo es de los pocos placeres del transporte público. Quien viaja con frecuencia sabe que en cada asiento va un personaje pintoresco, el típico oloroso al que todos le huyen, o un erudito en potencia, que desea alardear su saber contigo (aunque  insistas en ponerte los audífonos). Los debates más acalorados de mi vida los he presenciado como pasajera de una guagua, ni siquiera las discusiones sobre la despenalización del aborto en el congreso argentino (que me robaron toda la atención), se comparan a la intensidad de los argumentos de carretera.   Debo admitir que he detenido canciones para atender los tópicos de esa gente tan “opinionated”.  source Como oyente entrometida el tema que más me marcó fluía justo delante de mí, un cristiano con la mano atestada de tratado...

De juicios, prejuicios y habichuelas quemadas.

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Quizá sea discriminación de mi parte, pero el agrado que siento por las personas es directamente proporcional a la poca frecuencia con la que juzgan.   No lo puedo evitar, me parece repulsivo especular sobre alguien con quien solo compartimos el “hola, ¿Cómo estás?”, de esa breve vez al mes en que le vemos. La opinión amarillista sobre el curso del destino de otros, lo que en mi infancia se conocía como “el complejo de vecina chismosa” ha regresado. Pido un minuto de silencio por todas las habichuelas carbonizadas en razón de los prejuicios, estudios revelan que por cada calumnia levantada, un caldero de legumbres perecía. Relaciono conocimiento con cercanía objetiva, entiendo que si no estoy lo suficientemente próxima a la realidad de otra persona, si no he tenido conversaciones profundas y extensas con ella, que me permitan comprender sus circunstancias, voy a escucharme temiblemente ridícula comentando una existencia que escapa mi dominio. Solo puedo comparar la vergüenza,...